Canto erótico
Qué bien bailan tus pechos
al ritmo de tus pasos,
qué bien mueves los brazos
y el vaivén de tus caderas
va atrayendo en las veredas
de los hombres que caminan
las miradas codiciosas,
las miradas envidiosas
de pretéritas mujeres
que con sádicos placeres
envenenan tu figura
y critican la soltura
de tu ardiente juventud.
Camina niña, camina,
que tu gracia cantarina
y tu cuerpo embriagador
dejan en mi alma el dulzor
de flores en primavera
ahora que en mi cabellera
luzco las nieves de invierno.