Edel Vicente González Pérez

Zéjel. Los sonidos de tu ausencia.

 

Como sonidos ausentes

rebote de ecos silentes.

 

Reflejan en las paredes

de cada sitio que accedes

y en aquellos que no puedes

oír, en sombras dementes.

 

Como sonidos ausentes

rebote de ecos silentes.

 

Me vuelven a la rutina

de lozas en la cocina,

sobras de comida china

entre cubiertos y fuentes.

 

Como sonidos ausentes

rebote de ecos silentes.

 

Ecos de sartén usado,

de la túrmix del licuado

a la espera del fregado

de unas manos diligentes.

 

Como sonidos ausentes

rebote de ecos silentes.

 

Te necesito aquí a diario

ven, salvame del calvario

del encierro solitario

obstinado e inclemente.

 

Como sonidos ausentes

rebote de ecos silentes.