Te escrudriño a través del cuerpo de pantalla
que efusivamente me domina,
Tus palabras colonizan los oasis predilectos de mi boca
Que al sentirte aún en tecnología, nada callan.
Me llegas como hypotenusa de claridad,
Como clariana efervescente en el alba
Que difumina los humos grises de la mediocridad
Que alrededor de mí, mis alas universales empañan.
Me experimento a merced de tu calor
El que nos conjumina en las ramas de esta idiosincrasia
Como bonsái del esplendor, como urna de esperanza.
Me encajo en el beso donde hay lugar para los dos.
En esta boca que te prueba a hurtadillas, que te llama.
En la raza de unas caderas que explotan al unísono tribal,
Al tacto ancestral, de esta y todas mis insinuantes danzas.
Me acomodo en el regazo de tu amor.
Me columpio en la noche de tu deseo de café.
El periplo nómada de tus ojos termina en mis manos.
Con las que pronto al colar tu sangre caliente llegaré.
En esta boca que te va probando muy despacio.