Erase un mar,
con dos amores,
amaba al sol de día,
y de noche a la luna quería.
Amaneciste,
y muy pronto
me convertiste…
en tu sol y tu luna juntos.
Inmenso mar,
bella, tierna y misteriosa,
en tu forma de amar.
Como ola furiosa,
que golpea mi playa,
y luego cariñosa,
que borra en la arena,
toda huella… cual pena,
que se lleva,
tu marea amorosa.
Y en la noche…
silenciosa,
con la luna en tu mirada,
tierna y apasionada.
Vestida de noche,
cual princesa enamorada
que su traje de lucecitas,
tomó de la noche estrellada.
De día o de noche,
soy barca que surca tu mar,
sol y luna…
mi bella,
como tú ninguna,
siempre te voy a amar.
©Saulo García Cabrera.
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