No consigo romper mi cuerpo de cristal
por nada que se ve en mi interior;
dramas que se escribe y lo dibujo sin pudor
en cuanto cien reales lo hacen superficial.
Puedo escribir disparates, y desmaya mi peso
su dulce aroma del viento mi imaginación:
pero esos bellos pensamientos hincha mi acción
acariciada como se desvanece un ligero beso.
Más vale reinara el silencio, el cuerpo sería
la muerte y vencerlo, triste hallaría mi paso,
sería sexo de melancolía que siempre rebaso:
rasuraría tu pelo con mi boca sin cobardía.
Se hielan mis huesos en olas de fondo mar
y reacio a mi propia rebeldía, ya desgraciada
mi charla yerma, que todo queda sólo mojada
mi verga sin la cueva que acabo por bostezar.
Y así, mi vida de sexo abstracto, está latente
cuyos ojos jamás verán cuerpo blanco desnudo
y sí silencios rumorosos y húmedos de embudo
mi luz débil que en este amor siempre es creciente.
NACHO REY