Un fatigado corazón que ha exudado la vida
Un mar en calma donde se abandonan las olas
Una rosa sin aroma en el jardín desolado
Y tú en mi camino como estaca en el alma
Un cuerpo rendido ante las heridas del tiempo
Un río que huye en el silencio de la montaña
Un ave que en medio del azul detiene su vuelo
Y tú en mi recuerdo aguijoneando el olvido
Una boca enmudecida ante la tumba de extravió
Un sol adormecido por las brumas, sin cobijo
Un día que se esconde en las penumbras de la tarde
Y tu en mi sentimiento horadando los sentidos
Unos ojos enceguecidos ante tu figura que ha partido
Una pasión que yace ante la caricia que ha muerto
Un amor sin una hoguera, que se ha rendido ante el frío
Y tu entre tinieblas a la vera del camino