El misterio del cuerpo,
la quietud que me asombra,
la referencia progresivamente
aniquilada,
la sombría negación que
lo agiganta y que lo exalta.
El cuerpo, oscuridad llena
de rabia, espectro dilatado
por los órganos
que conducen tizones a los labios
negros.
Enigma, que incita, que excita,
llevas, en tu respiración, la huella
del caníbal; la exactitud antigua
del reloj de sol. Entre briznas,
la compasión que mereces-.
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