Entre jazmines te evoco y te sueño,
te desbordas por mis áridas grietas;
sin pedirle al tiempo que vuelvas,
siempre me habitas, eres mi dueño.
Tu amor y el mío es de ensueño,
vive entre lívidas luces de sombras;
y aunque se crece entre las ansias,
se oculta en un resquicio pequeño.
Deseo poder estrecharte y asirme
a la filigrana de tu dulce alma,
pero no sé si tu rio y mi mar
puedan algún día llegar a converger.
No quiero ni pensar que solo seamos
dos almas perdidas que solo pueden
coincidir entre nubes de quimeras,
o solo personajes creados por la mente.
¿A dónde vamos? no sé; mientras
viva, caminaré sobre tus pasos,
seré la sombra que se desdibuja
en tu infinito, enamorada de tu ser.