Entre tú y yo, los suspiros
y en silencio la mirada,
aquella noche azulada
con la luna cual zafiro.
Latente inquietud reinaba,
nuestras ganas se agitaron,
tus manos alborotaron
mi pelo que ya soltabas.
Mi boca besó tu vientre
descendiendo con malicia,
buscando muy atrevida
la columna de tus mieles.
Tu cuerpo se estremeció
gozando con mi locura,
regalándome la espuma
que por mis labios corrió.
Un gemido acompañó
al suave viento nocturno
mientras un discreto búho
en las sombras acampó.
Anna Gutiérrez.