¡Ay!. El Amor a veces engaña;
Kapput me dejó ya en mi juventud.
Mi santa panza se convirtió en telaraña:
el estornudo cáncer de mi esclavitud.
La fémina, mi santa Amazona engañosa
pues lástima le daba mi acento crudo,
yo con mi mundo y ella la nota furiosa:
otra vez mi fracaso patente y tartamudo.
Si jamás enchufé lo que estaba acabado:
¿cómo no caer kapput ante su cuerpo y ella?.
Y es que yo, muy cobarde ante tan bella
mujer, matarme fué fácil resultado.
Inútil yo, y no fémina, soy amargo delito:
KAPPUT,KAPPUT ES MI NOMBRE MALDITO.