Florece en mis labios letra a letra
el nombre que en mi alma se ha metido,
como un ruiseñor que con sus trinos
me despierta todas las mañanas
susurrando su canto en mi ventana
murmuro su nombre en mi delirio
Me es prohibido amarlo con locura
y es prohibido llamarlo por su nombre
aunque nadie sepa que este hombre
se adueñó de mi alma con premura;
musito su nombre con dulzura
cada vez que mi alma se derrama
y su recuerdo en cada madrugada
es la llama que quema mi amargura
Amargura de saberlo en otros brazos
bebiendo de otros labios los licores
sintiendo en otro cuerpo las pasiones
que gozaría dulcemente en mi regazo
sabiendo que ahoga en un gemido
las letras de mi nombre que él adora
Y en esta pasión arrolladora
terminaran nuestras almas su destino
en el infierno cruel que es tan temido
por ser solo dos almas pecadoras.
ANGELA GRIGERA MORENO