Mujer de acero con piel de terciopelo,
dura y brillante como un diamante en flor,
tierna y sabrosa como un pan de tahona,
lucero ardiente haciendo sombra al sol.
Son tus poemas el eco de los tiempos,
tu pluma enciende un nuevo amanecer,
nada ni nadie encorvará tu espalda,
poeta insigne, guerrera sin cuartel.
Arroja lastre y emprende un rumbo nuevo,
surca el espacio, el mundo está a tus pies,
pliega las alas y pica hacia el futuro,
águila negra, ¡no te podrán vencer!
Has hecho alfombras de monstruos y dragones,
has escalado de un salto el Everest,
fuiste sirena en los mares procelosos,
de los infiernos has vuelto a renacer
una y mil veces blandiendo tu sonrisa,
¡Icaro en llamas en pleno anochecer!