Anda…
acompáñame…
por los caminos que el alma,
nos ha arañado en la piel,
quien no lleva un loco adentro,
no ha conocido el placer,
de ser libre entre barrotes,
en la cárcel de su ser…
Cuando supe amar,
amé…
a ti, a mí, al aire,
a las luces del alba
de un nuevo amanecer…
a las hojas de otoño,
con que ha jugado el viento
y de la libertad…
amé…
hasta su aliento…
Elegí amar…
sin miedo,
el vuelo de un sentimiento,
el brillo de una mirada,
pura, fresca,
limpia, clara…
y las arrugas cansadas,
de pupilas trasnochadas…
Elegí amar…
la vida…
inmensamente libre…
entre lluvia de cantares,
susurros de pensamientos
con melodías del viento…
elegí amar la tierra,
desnuda…
sin sufrimientos…
Elegí amar…
la sencillez de la flor,
el color del otoño,
las nieves del invierno,
el polvo del camino,
la soledad y el frío…
de la noche…
de la noche... el rocío…
Elegí amar…la luna…
como soñador errante…
la sonrisa de un niño,
la fatiga, el cansancio,
el silencio…
las sentidas palabras
de los que nunca cuentan…
el grito de una herida,
que no pude curar…
Elegí amar…
las páginas en blanco,
y regalarme la historia,
hecha verso, hecha poesía,
como un bufón…
…efímeras fantasías…
persiguiendo a cada paso
la tan lejana utopía…
Elegí amar…
el aire que se aloja entre las manos…
la burbuja de color que estalla al aire…
la tremenda sensación de un corazón,
que nos regala humildad,
que nos ofrece ilusión…
Elegí amar…
el silencio de los versos,
aquellos que nunca he escrito…
a las páginas heridas
de la ausencia…
al calor de nuestro hogar,
con tu presencia…
Elegí amar…
mi ayer y mi presente…
la nostalgia, la querencia, la añoranza…
de mi ayer… mi amada infancia,
de mi hoy… arrugas rancias…
porque para amar mañanas,
tengo que amar… esperanzas…
Si has pensado acompañarme,
en este barco sin remos…
entre locuras y miedos…
flotando en el suspenso del temor...
que sepas…que quema el sol,
bajo un velo transparente…
muchos años,
se ha perdido a la razón…
mucha vida sin paraguas
al dolor…
y al pisar tierra… tal vez,
el asfalto…
nos reciba en alpargatas…
y una bolsa de miserias,
nos espera agonizante…
para azotarnos la espalda…
Y es que…entre tanta locura
que la libertad alimenta…
entre incertidumbre y miedo…
sólo andar… y hacer camino…
es quizás… nuestro destino…
la humildad como bandera…
la conciencia siempre alerta,
porque en un mundo sin alma,
todo lo demás no cuenta…
Liberarce
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