Estoy enamorado de ti.
Y tú lo sabes.
Como yo sé que tú
estás enamorada de mí.
Pero tú no eres mujer libre.
Como tampoco lo soy yo.
No quieres ser mujer infiel.
Como tampoco yo ser infiel a ella.
Siento la necesidad de decírtelo.
Lo estoy haciendo.
Vives en mi corazón.
Y sé que el tuyo vive por mí.
Estamos lejos, uno de otro.
Pero el corazón igual late.
Y esos latidos permanecen
intactos, guardando el secreto
de este amor el cual
no podemos vivir en la realidad.
Pero qué bello es soñar.
Aunque no pueda concretar
en plenitud.
Tememos ser infieles.
Ambos mantener la promesa
de ser fieles hasta la muerte.
Pero ni él ni ella saben
lo que nosotros sentimos.
Amar así, aunque en la distancia sea,
no es un delito.
Sé que me amas.
Sabes que también yo.
Vivamos el sueño de ser
felices aunque nuestros
cuerpos no puedan
estar unidos en la realidad.
Lo importante es sabernos felices.
Aunque la distancia
y la fidelidad estén presentes.
Y amar así, tal cual
como nosotros nos amamos,
no es pecado.
Continúa amándome así.
Ambos así continuemos.
Amándonos, como si fuese
lo que es...
un sueño inalcanzable.
Autor: Hugo Emilio Ocanto
12/12/2020