No hubo la necesidad necesaria
ni la del querer quererme
el pensar sin pensarme
la del hablar sin hablarme
ni qué decir del besar sin besarme
con un sabor sin sabor
cuando su boca toco mi boca.
Ni siquiera el interés de interesarse
ni verle nunca preocupante preocuparse
ni siquiera la gracia de dar las gracias
del deseo de mirar sin mirarme
el querer escuchar sin escucharme.
Tampoco un despertar de buenos días
y un hasta mañana al acostar
ni saludar desde lejos
ni despedirse tan cerca
ni unos brazos con ganas de abrazar.
Solo quedaran quedando
canciones que sus oidos no escucharon
poemas que sus ojos no leyeron,
qué bueno que no fuimos nosotros
aquellos que hoy lloran por amor en un parque.