He de rescatar uno a uno los desvencijados anhelos
la fútil esperanza ha incursionado en su anunciado vacío.
Carece de existencia lo que vanamente busqué.
Tu perfil idealizado se ha refugiado en las sombras
y tu desamor ha aflorado fértil en mis ilusorios dominios.
Se han vaciado mis manos de los inútiles intentos
el desierto voraz ha avanzado sobre mis afanes.
No prospera la insistencia ante esa pétrea muralla,
me llamaré a destierro, errante de lo incierto,
a centrarme otra vez en lo inteligible de mi ser.
Las respuestas esperan en su exquisita morada.