Cuando muera, deseo que tus manos,
se encuentren en las mías enlazadas,
y que el sol que se esconde en tu mirada,
me ilumine en el viaje más lejano.
Cuando esté frente a frente con lo arcano,
si en el alma te llevo a ti guardada,
podré decir al fin de mi jornada,
que gracias a tu amor, no viví en vano.
Quiero cerrar los ojos a tu lado,
ardiendo en la pasión que me provocas,
en un mar de caricias ahogado,
sintiendo, si la muerte me convoca,
que a mi último aliento lo ha apagado,
el soplo de los besos de tu boca…