Nauro Torres 2.020
Derechos reservados.
La brisa de tus largos cabellos negros,
que cubrían tu torneada espalda;
acarician mi existencia.
Tu negra melena
suelta sobre tus hombros,
protegían la belleza de tu cara,
escondían la dulzura de tus besos.
Tu pelo suelto, cual vaivén
caía de tu cabeza
cual misterio
acallaban las preguntas
he instaban a la ensoñación,
a la admiración.
Ya suelto,
ya en trenzas,
ya recogido;
ya esparcido
armoniosamente en el lecho nupcial;
tu negro cabello aromatizado,
prevalece en los recuerdos;
recuerdos de 37 años admirándote en vida,
20 de tu esencia; compañía perenne y permanente.
Misteriosa muerte,
me la arrebataste un 13 de noviembre de 2000;
pero no pudiste cargar su largo cabello negro.
Bendita muerte que vendrás por mí;
ya sabes;
huelo al aroma de su cabello;
y aunque, ese día se torne del color de su cabello,
me harás un bien,
pues he cumplido la misión encomendada
y correré presuroso
a fundirme con su esencia;
sin que lo puedas evitar.
Bendita muerte;
no te temo,
no me asustas;
bienvenida seas, en el lugar y el tiempo ya predeterminado.