Mi triste realidad
Estaba yo, sentado bajo, el gran árbol que sombreaba el rio.
Mi mirada, se perdía en el infinito, donde, el largo camino, Se juntaba con el cielo.
Estaba total mente, ensimismado, en mis pensamientos,
De pronto, escuche una voz que me preguntaba,
-¿A quién esperas amigo? Me sorprendí y sobresaltado mire a los lados
Pero no vi a nadie. En realidad, ¿avía escuchado la voz?, ¿o fue fruto de mi imaginación?
Pasados unos segundos, y tras cerciorarme de que no se veía a nadie,
Comencé de nuevo a pensar. Y mis ojos de nuevo miraron a lo lejos,
Siguiendo, el polvoriento camino.
Entonces, yo mismo, me pregunte, dios mío, ¿en realidad, a quien espero?
Entonces vino a mi memoria, aquella noche mágica, que nunca olvidare
Recuerdo, como, vi a una silueta acercándose lenta mente por el camino
Cuando estaba más cerca de mí, los vi, vi a aquellos hermosos y grades ojos, que me dejaron atontado, como lelo, total mente chirichi,
Aquellos largo cabello, que le caían sobre los hombros, como un manto
Dorado,
Aquella linda carita que parecía la de un ángel,
Aquellos labios carnosos, parecían hechos de pétalos de rosas
Su chatita naricilla, estaba hecha como las de cera de lo perfecta
Pero, la sorpresa fue mayor, cuando su largo vestido
Amarillo calabaza, se desabrocho y cayendo al suelo dejo al descubierto
Los desafiantes pechos, que parecían amenazarme con sus dos
Pezones, que parecían dos capullitos de rosas, al romper la flor
Mis ojos se desorbitaron, cuando ella extendió sus blancas manos
Y comenzó a acariciarme las mejillas. Me quede boquiabierto
Sin respiración, cuando sus duros pechos, se apretaban como dos puñales
Contra mi toras. Entonces sentí que algo dentro de mí se estaba alterando
De tal forma, que era imposible contenerme, y me aferre a su cintura
Como el naufrago, que se agarra al tronco, que arrastra la corriente y que le salvara la vida.
A si, a si, me afiancé yo, a su cuerpo. Un cuerpo que parecía
Tan perfecto como si lo hubiese dibujado el mismo, Dios del cielo.
Y en efecto dentro de mí, se formo, tal confusión, que parecía que el corazón
Se me escapaba por la boca. Pero ella pareció darse cuenta, y me la tapo
Con sus carnosos labios, inhestándome tal fuego dentro de mí, que no se cómo no Salí ardiendo.
En esos momentos su vestido ya estaba, en el suelo,
No tenía nada, que me impidiera, abrirme camino, entre sus cálidas carnes
Carnes, que me pedían agritos ser perforadas, perforadas con mi barrena humana, Que parecía reflectante de lo candente, que estaba en esos momentos
Ella, Se dejo caer sobre la hierba húmeda, y me arrastro pegado a su hermoso cuerpo, como si una mano nos hubiese atado uno al otro, como formando un solo cuerpo.
Sus dulces labios, seguían presionando los míos y yo los suyos. O dios, como si quisiera comérmelos¡¡¡. Que bruto, pero que bruto, no parecía yo me sentí desconocido por completo. Estaba fuera de sí, ¿Qué me estaba pasando?
¿Porque había perdido mi autocontrol?
Pero ella no se quejaba, gemía con gemido, que todavía me enloquecían
Más, y más, y más, y más.
De pronto ella comenzó a saltar y saltar, como si quisiera escaparse de mí, pero no, no quería escaparse, porque cada vez, se apretaba más, y mas, a mi cuerpo Y cada vez, sus gemidos eran más seguidos, y roncos como si quisiera decir algo que no le salía.
Pero a mí si me salió, me salió todo lo que llevaba dentro, de tantos y tantos años guardado, esperando que llegara ese momento o mejor micho este momento.
Entonces perdí la noción del tiempo, me quede sin fuerzas repentina mente como si,,, flotara igual que una pluma, que maneja el viento.
Mas de pronto, escuche, que decía, -O, Dios mío, qué barbaridad, nunca pensé que esto fuese así. Me has inundado como si estuviese dentro del rio.-
Entonces abrí mis ojos, y la sorpresa que me lleve fue impresionante,
Allí estaba yo, en mi cama, y más solo que la una.
Pero no, no fue un sueño, lo sé porque todo fue tan real. Que seguro que fue cierto.
Por eso hoy sigo esperando. En este camino, este camino, no es un camino cualquiera.
Este camino,,, es el camino de mis sueños.
Por eso espero, y esperare, hasta que ella vuelva de nuevo, cualquier noche. O cualquier día Yo, la espero, y la seguiré esperando.
Pues este camino es… el camino de mi triste realidad.
¡!!! No se rían, por favor no se rían ¡!!!
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Autor: Joaquín mendaz Gómez alias garrulo
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