Zoraya M. Rodríguez

**~Novela Corta - Estancia en Navidad - Parte I~**

Enriqueta llama por teléfono a su hermano Dak. Enriqueta le cuenta a Dak de todos los pormenores de que desea pasar las navidades junto a él. Son las navidades del 1960. Los hippies están en su total apogeo para ese año trascendental. Y él, Dak era uno de ellos, pero, su psicología no le deja ver más allá de la ciencia y de la teología de Dios en que él creía que los diez mandamientos, y sí que eran correctos y que no debían de ser tentadores y ni por un sólo pecado. Dak, tenía un problema y no era débil en su pobre naturaleza y era que el silencio era aterrador como el haber ocultado una verdad tan silente. Dak, era un psicópata diestro, pues, su manera de actuar era como la de un profesional tan hábil como la forma perecedera de haber caído en un profundo hoyo. Y Enriqueta le seguía hablando mientras que él, Dak, mira por la ventana a ver si algún vecino curioso lo observa. Y no, nunca lo habían observado ni tan siquiera sospechado. Y, era Dak, el psicópata más diestro y más profesional de la historia. La historia de él, de Dak, se escribía de punta a punta, en derecho y no en reverso. Se escribía su historia en verdad y no en falso, como él siempre decía. Enriqueta le decía que deseaba pasar las navidades en su hogar, pues, estaba muy sola en la maldita soledad que le dió la vida tantas veces. Cuando en el combate de la vida por vivir se dejó llevar por el amor de hermano. Y Dak, era su hermano de sangre y por todo el amor que le quedaba si lo amaba mucho y de corazón. Enriqueta era una señora solterona, y él también soltero, la vida les arrancó el amor de la vida y más del corazón, quedando a la deriva solos los dos. Él, Dak, se quedó solo por su mal carácter en la última relación que le propinó golpes a una señorita y ella llamó a la policía y le impuso la ley. Y, por tal motivo, yá la policía lo tenía fichado y tenía expediente con ellos, pero, el caso no fue éste sino que él cometió después de unos años un suceso, un homicidio, y era el de su vecino. Y sigue Enriqueta hablándole a Dak, que deseaba pasar las navidades con él, y que yá tenía su boleto o pasaje de avión para llegar hasta su hogar y pasar las navidades con él, con Dak. Cuando él escucha que Enriqueta yá tenía el pasaje, y se puso muy nervioso dando excusas y contestaciones incoherentes de que no podía recibirla en navidad y todo porque él no debía de estar allí en su hogar. Cuando de pronto la línea se entrecorta y hasta se cortó la línea. Cuando el frío se encrudece en la piel y se incrustó en el cuerpo un sólo frío del tiempo y de los nervios presentes por éste psicópata diestro y el más vil de los tiempos. Cuando en el frío invernal se cosechó una excusa, una indirecta o un presente en que se debatía una duda en el futuro de él, de Dak hacia Enriqueta por teléfono sin poder decirle y todo porque se cortó la línea. Dak trata de llamar nuevamente a Enriqueta, pero, es infructuoso, no toma la llamada Enriqueta. Y Enriqueta preparando sus maletas y toda su indumentaria de señora hippie de los ‘60, para ir a celebrar las navidades con su hermano Dak. Dak un pobre muchacho de salud mental no tiene escapatoria, pues, su mal acto lo lleva por la vida trascendental de huir sin poder escapar del acecho. El hecho dalo por hecho, pero, su mal acto quedó evidenciado y más grabado por otro vecino, de esos que saben de todo. Él, no se percata de ello, pero, continúa con el entierro de ese cadáver que fue asesinado por un altercado entre rencillas de vecinos por no ponerse de acuerdo. Ellos, peleaban mucho entre ambos, hasta que él, Dak, se volvió como loco tomó un machete del armario y le propinó una herida que lo dejó inconsciente, pero, no muerto, y la policía sin sospechar para aquel momento. Cuando lo entierra por un lado y por el lado otro, después de enterrar al muerto salió de allí y vivo. Él, nunca lo supo, fue reciente el altercado y todo lo demás, pues, vino por la mala suerte que él siempre tenía encima, pues, cuando sucede todo todo fue muy veloz, y no se percató del que el muerto no estaba muerto. Cuando en el ocaso se llenó de fríos y de nervios incongruentes y de temor inconsecuente, y de temores adyacentes que le venía a la memoria de que era sí, un asesino y que no había confesado su delito, pues, nadie sabía de ello. Fue antes del medio día cuando ocurren los hechos, él nunca se percató de que alguien los seguía y era su vecino el del otro lado derecho del costado de la casa y que vió todo y sabía de todo y que lo había grabado todo con una cámara oculta. Dak, no se dió de cuenta ni sabía de nada, cuando en el intercambio de dimes y diretes entre ellos lo mató. Él, entró a su hogar y se lavó las manos llenas de sangre y del estupor serio de lo sucedido. Cuando recibe la llamada de su hermana Enriqueta, que quiere pasar las navidades y con él y que yá tenía su pasaje de ida y sin regreso, interminable estancia de navidad en su hogar. Era el 1960, el año más reciente de los hippies en la ciudad, estaban todos como locos, haciendo de la vida una historia y sí que fue historia, pero, Dak, era el más loco de todos ellos. Su psicología ameritó cuidados y pastillas, que le controlasen los nervios, pues, su forma y su ansiedad lo llevó a cometer actos impuros, pero, inconscientes. Cuando Enriqueta le telefoneó al teléfono, casi él terminaba de enterrar al muerto en su patio.

Enriqueta una señora solterona de media edad, o de más de cuatro décadas, era robusta y muy bien proporcionada, pero, muy saludable y muy fuerte. Poseía un carácter dócil, ingenua, y muy buena de espíritu y en la creencia de siempre en Dios, como su única fe. Poseía el don de la intuición, cuando quería saber algo lo sabía y la premonición en ella siempre iba acompañada de esa intuición femenina que siempre le caracterizaba a ella. Enriqueta vá preparando sus maletas para tomar el avión k900, con destino hacia el hogar de Dak en la ciudad del Oriyino, cuando esa ciudad era obsoleta y con una fría decadencia en que el suburbio de su pobre corazón se entristeció por el invierno tan gélido que pasaba por allí. Dak, era el más loco de los hippies, cuando su naturaleza, lo hacía más enloquecido que nunca. Era el año 1960, cuando comenzaba a abrir brecha y no tan estrecha la historia de los hippies, él tenía un poco el cabello largo, y era muy oportuno para la moda que se venía llegar. Y Enriqueta callada y en soledad prepara su maleta hacia nuevos valimientos en navidad. Su sola ansiedad se debía a que el silencio le ahogaba y la desolación la mataba pulso a pulso. Su soltería no le ayudaba a ser feliz, sino que el delirio se enfriaba más y más en su yá entrada vejez. Su edad casi avanzada no le permitía hacer muchas cosas como cuando era más joven, y decide marchar hacia el hogar de su hermano Dak. Dak un hippie y no muy contento decide enfrascar una osadía en el infortunio en su propio hogar, pues, el muerto que era un muerto estaba y muy vivo. Si el muerto se fue al pueblo, a vacacionar mientras preparaba la vindicta del delito de Dak en su propio hogar. Mientas tanto, llegaba Enriqueta a vacacionar dos semanas, si eran las navidades la estancia en navidad en el hogar de Dak. Yá cansada de su vida, de la sola soledad y de la mala desolación, se debió a que el frío le dejara una marca trascendental en su vida, y era que casi llega la vejez en su larga vida. Y con tanta experiencia y sabiduría sólo quiso que sus vivencias quedaran grabadas en un libro que ella, Enriqueta escribía con su puño y letra, pues, en el destino y en el camino se enfrió como órbita lunar atrapando su mente en un delirio dentro del frío aquel del invierno más gélido de aquel equinoccio que pasaba por la ciudad Oriyino. En Oriyino, se sabía solamente una cosa, de que el que cometiera delito sería castigado fuertemente y con toda la autoridad y más la ley se le venía encima, pero, esta vez, a Dak se le olvidó todo. Cuando en el capricho en saber que los diez mandamientos lo era todo, pero, yá había cometido y pecado como dos o tres de esos mandamientos del Cristo. Sólo él debió de creer en la mañana oculta de deseos, cuando en el albergue de su pobre y débil corazón se debatía un asesino diestro y hábil como tan profesional fue su cometido. Cuando en el frío se sintió como lo más áspero en la misma piel, pues, el mal comienzo fue pelear en contienda con su vecino en una camorra que duraría una eternidad, pues, él sobrevivió a todo lo que perpetró Dak en contra de su propio vecino. Cuando en el suburbio del altercado se debió de enfriar un sólo destino y tan frío como el ir y venir en su patio trasero para recordar lo sucedido. Cuando él creyó que su vecino era un óbito y tan muerto como la misma sed que le dejó en el mal sabor de su boca y más de su propia vida. Cuando en el desenlace final de todo, se vió aterrado de tal manera que quedó frío como el hielo o como el mismo invierno cuando Enriqueta llega a su hogar a pasar las vacaciones más tenebrosas en el hogar de Dak con la estancia en navidad y más horrorosas del mismo tiempo en que casi se debatía una manera casi trascendental o casi inocuas de la misma vindicta del propio vecino de Dak. Cuando en el paraíso se llenó de órbita lunar arrastrando lo que nunca a un cuerpo muerto que yacía frío en la tierra del patio trasero del hogar de Dak. Y él lo sabía. Que poseía y que era un asesino diestro y tan profesional que él se creía que era cuando enterró a su vecino en el patio trasero por una camorra y un altercado en que con un machete lo hirió a muerte segura y tan clandestina como el haber dado un golpe mortal y casi letal a su vecino y que lo hizo enterrar en su patio dejando la vida tan herida y tan cruel como el mismo cielo con ese sol de testigo. Y sí, fue Dak, el que tenía un delito sobre sus espaldas y hombros, y fue el más terrible de los instantes cuando en el suburbio de lo inesperado, sólo le tomó un mal tiempo, cuando en el aire le dió a ese aroma de hediondez mortal y de un muerto carnal. Y se dijo y pensó, que sí, que lo había enterrado perfecto sin dejar huellas, marcas o testigos. Era su vecino otro señor tan solitario como él mismo y sin familia. Todo ocurre en tres días, cuando hiere a su vecino, y lo mató y lo entierra, recibe la llamada de Enriqueta y al otro día yá ella, Enriqueta estaba en el hogar de su hermano Dak a pasar la estancia de navidad allí, con él, con Dak. Cuando llega Enriqueta, no vió ni notó nada raro, sólo que lo vió sudoroso, nervioso, y con un temple muy seguro de sí mismo. Enriqueta estaba feliz de haber llegado a tiempo un día antes de noche buena. Cuando ella, Enriqueta sólo deseaba pasar las navidades con él, cuando en el hogar de él, todo se veía muy bien y exitosamente todo muy bueno. Si al otro día del suceso llegó Enriqueta a ese hogar a pasar la estancia en navidad. Era su único aposento, y su única habitación cuando ella, sólo quería pasar bien las navidades y más junto a su hermano. 

Por encomiendas de todo lo bueno, el día anterior el vecino que sobrevivió a todo lo ocurrido, llamó a Enriqueta por teléfono y le cuenta de todos los pormenores del susodicho y de lo que le hizo su hermano loco, el hippie en el año 1960. Ella, Enriqueta cuando lo llamó por teléfono con la excusa de la estancia en navidad en su hogar, pues, el tiempo acechó del tal manera a ser arrestado por la autoridad, pero, en la cruel vindicta de su vecino estaba la forma de hacer de que se pudiera entregar a la autoridad y sin más contratiempos. Cuando Enriqueta lo llamó por teléfono con la idea de tener una estancia en navidad en su hogar en las navidades, si Enriqueta tomó el primer avión a primera hora que salía desde el pueblo donde ella residía, pues, era muy lejos de la ciudad de Oriyino, pero, llega a tiempo con la idea de hacer pagar el delito de su hermano con la cruel vindicta de su propio vecino. Ella, Enriqueta llega al hogar de su hermano, pues, sólo esperaba por lo inesperado de que su hermano fuera arrestado por la autoridad más temible de la ciudad, pues, el que cometiera un delito sería llevado directamente a una mazmorra como cárcel. Enriqueta cínica, pero, muy dolida le hace indirectas graves sobre el asesinato que él cometió en su hogar, pues, la forma de mirar se sabía que ella Enriqueta sabía de todo. Él, tomó medidas drásticas por las indirectas, pues, su forma de un asesino diestro lo llevó a percibir de que la verdad no saliera nunca a flote ni mucho menos a relucir. Su adyacente forma de ver el mundo se vió alterado, en una forma trascendental, y tan transparente, como si fuera una translúcida piedra en el patio posterior al hogar de Dak. Y era una piedra como un rubí que le pertenecía y era propiedad de Enriqueta. Ella, la colocó allí, después de casi llegar cuando Dak ni se dió de cuenta. El rubí resplandecía más de lo normal, cuando Enriqueta yá sabía de la verdad tan verdadera de creer en el hermano esperando lo inesperado. Cuando en el desenlace del final impetuoso yá se acercaba de tal manera por descubrir la verdad de Dak. Si en la llegada de Enriqueta se vió alterado y nervioso como quien oculta algo. Cuando en el frío se dió lo más efímero de guardar un sólo secreto a grito a voces. Todos los vecinos y el vecindario yá sabían de todo, pues, la venganza fría de su vecino el que él llegó a matar, salió todo en una grabación que él mismo muerto vivo difundió por todo el barrio. Nadie dijo nada ni hablaron con él, ni llamaron a la policía, para que el delito se dilucidara, sólo el desafío fue descifrar en cada paso de identificar el delito de Dak y saber que estaba todo descubierto. Todo el mundo le sigue el juego sin sospechar nada. Enriqueta y su estancia en navidad iba de lo más bien, hasta cuando ocurre noche buena. Su vecino, el que él mató y enterró en su patio trasero de su hogar no salió a celebrar la Navidad en la noche buena. Todo el mundo sin sospechar ni indagar sobre el tema lo pasaron en desapercibido. Él, Dak, atemorizado y nervioso sólo celebró la noche buena en su patio posterior en su hogar, como si nada hubiera ocurrido allí, como si la tierra no hubiera estado revuelta como si algo hubiera sucedido allí. Él, Dak, estaba nervioso, ansioso, y sudoroso, sin saber ni mucho menos en sospechar que en esa misma tierra él, había enterrado a su vecino, el cual, él había matado y con un machete. Era el 1960, cuando los hippies bailaban y cantaban al son de su propio movimiento. Cuando en el altercado se enfrió el frío desastre de ver el cielo de gris, si la tormenta se avecinaba. Si Dak, era un psicópata y tan diestro y tan hábil como la vil noche buena, cuando la tierra en la parte posterior de su residencia se hunde con una mesa en la celebración a la noche buena en su patio posterior de su hogar. Él, Dak, aún nervioso, ansioso y sudoroso, si todo el mundo sabía de todo, pues, el vídeo se difundió como pólvora por el vecindario. Y se edificó su cometido con la estancia en navidad y más de Enriqueta cuando su hermano Dak, había cometido un asesinato y con un machete en su propio hogar desde el comienzo de haber altercado en contra de su vecino. Cuando Enriqueta se vió aferrada a su deseo en descubrir la pura verdad y todo porque sentía una vergüenza que le llegaba a los pies, pero, sólo quiso que su estancia en navidad fuera una saludable y en poder descubrir la verdad de lo sucedido y, por supuesto, aclarar todo el berrinche de su vecino en contra de su hermano Dak. Y Dak en su psicología paralizada y tan fría, cuando su mundo quedó en contra de la verdad.  

 

Continuará………………………………………………………………………………………………..