De niño alegre corría
un chaval enamorado
cantándole siempre al viento
que encontraba a cada paso.
Pero nada lo paraba
corriendo con sus harapos
de variopintos colores
cantando un hermoso canto.
¡Qué hermosos esos momentos
que disfrutó alegre el chamo,
que corría por los cerros
disfrutando aquellos campos!
Y siempre en las navidades
frente aquel cielo estrellado
esperaba medianoche
esperando su regalo.
Su sueño era fantasía
y disfrutaba soñando
esperando en la mañana
merecido tierno abrazo.
Las noches eran brillantes
con árboles adornados
con borlas y lucecitas
colocadas con las manos
de su madrecita linda
que al cielo se fue volando
como siempre la recuerda
con manjares de su encanto.
La navidad se aproxima,
pero también el nuevo año
muchos no estarán presentes
con recuerdos cobijamos
porque se fueron por siempre
con sus ojitos cerrados
pero sus hermosas huellas
nos irán acompañando,
con recordadas sonrisas
y la humildad para amarnos
pues juntos la compartimos
como un verso en el parnaso.
Es tiempo de recobrarse
cantemos todos los cantos
de esperanza y alegría
compartiendo nuestro abrazo
en hermosa noche buena
aunque triste cante el bardo
de dolores sus angustias
porque no está terminado
el camino de esperanzas
si juntamos nuestras manos
alegrando corazones
y olvidando los fracasos.