Soy un soñador triste y solitario
soñando con la luz que da la vida
caminando en regiones de amargura
sabiendo que al amor llegué muy tarde
Ya las canas despintan mi cabeza
las arrugas ya hicieron presa en mí
y mi voz temblorosa que se apaga
te grita, no te olvides tú de mí
Fue una tarde cualquiera
que en un rincón te encontré
sentada en aquel banco de piedra
tu mirada llorosa se fijó en mí
Dime tú niña hermosa, porque lloras
que pena tan honda enturbia tu alma
entre sollozos tu voz entrecortada
me dijo ansío, querer, no se lo que es
Aquella tarde las nubes flotaban
un suave viento te despeinaba
y yo romántico y trovador
te dije niña bonita, te he de querer
Raudos pasaron los meses
y entre beso y beso me dijiste adiós
tus pocas palabras me hicieron llorar
prosigo mi camino, ya se querer
Mientras la luna se esconde
y llega el amanecer
me pregunto si valió la pena
el que yo te enseñara a querer
Y me digo una y mil veces
tú la enseñaste a querer
y ella te entregó a cambio
lo más bello de una mujer
Prosigo mi camino solitario
bendiciendo el porqué de aquel amor
deseando que la vida le de tanto
como a mí en un tiempo me entregó