Caminan mis pies ligeros,
disfrutan la generosidad del circuito;
la avidez a la calda
capta música en el paraje,
el viento y los abejeros
y en el horizonte de paisaje infinito
los naturales neveros.
Cada resquicio ve un universo exquisito
de bosques de esmeralda
y el níveo cono, es anclaje,
faro y guía de viajeros,
con vistas al mar de azules hondas
donde el aire en la falda
es son de flauta.
Haiku
El viento gélido
y nieve en la montaña.
Fin del otoño.