La mujer cual dulce aurora,
se despierta en la mañana,
su rostro fresca manzana,
de la razón, precursora
del amor es difusora,
de la familia un baluarte
sus cuidados estandarte,
son protectoras sus manos,
sus sentimientos humanos,
toda ella es fina obra de arte.
Ella debe ser amada,
con palabras y con tratos
Sin que intervengan contratos,
ha de ser bien estimada,
nunca su alma destrozada,
con golpes y moretones,
porque no existen razones
para querer maltratarla
ni tampoco mutilarla
de sueños ni aspiraciones.
Copyright Milye Florian