Jenni-Lis

Hoy me postro a tus pies.

Hoy no soy la poeta con máscara,

hoy no soy rimas que se queden en una cáscara.

Hoy soy la niña de hace once años,

hoy soy la infante que no le temía a los daños.

 

Que feo el tener que crecer, yo me arrepiento.

que feo ser espectadora del sufrimiento,

que feo temer a volver amar.

Que feo sentir que nunca podrás destacar.

 

Hoy me soltaste de la mano,

hoy dude de un cristiano,

hoy caí al fango de la duda,

hoy la sociedad me arrancó las cuerdas vocales, quedé muda.

 

Que decepción me trajo la religión,

que decepción me trajo la vida pues estuve por saltar de un balcón,

que decepción que mi esfuerzo fuera corto,

que decepción todo lo que soportó.

 

Hoy escuché la más sublime poesía,

hoy mi rebelión contra Dios cesaría,

hoy mi corazón volvió a su hogar.

¡Hoy volví de donde nunca debí escapar!

 

Me tomaste de los hombros y me consolaste,

me tomaste entre tus brazos y me abrazaste,

me tomaste de la barbilla y secaste mis lágrimas,

me tomaste de la mano mientras la guiabas enseñandome mis rimas más íntimas.

 

Hoy todavía soy una leona que es pecadora,

hoy todavía no me siento merecedora de ti más bien soy una traidora.

Hoy todavía me recalcas que me perdonas,

hoy todavía tú no me decepcionas.

 

Y es que hoy me dí cuenta de que amas, perdonas y salvas a los arrepentidos la clave es buscarte con el corazón.

 

¡Gloria al Rey!