Osmán tenía los cabellos ralos
y había repetido el nombre de Shavala los últimos tres días
Se acercaban al último atalaya
porque se avizoraba una caída más esa agonizante tarde....
Osmán había dormido mal y a deshoras, esa mañana de junio sangrienta
cayó en la cuenta en que su adorado Imperio -el Otomano- se convertiría en escombros en un abrir y cerrar de ojos