En Belén ya nació el niño prometido,
cómo nunca nadie pudo imaginar,
venir a nacer en un humilde pajar,
hijo del dueño de todo lo conocido.
Nació el esperado salvador del mundo,
promesa escrita en papeles y murallas,
salvador sin balas, tanques ni metrallas,
solo con un mensaje de amor profundo.
Pobre pueblo de penas y desiluciones,
esperaba ser amo y dueño de la tierra
ganar la libertad con sangre y guerra,
y un gran Rey con bombas y legiones.
Creció el niño para iluminar el abismo,
traído en la desobediencia de Adán,
restableciendo para el espíritu el pan,
Amar a Dios y al prójimo como a tí mismo.
Poeta al atardecer.
Diciembre de 2020.