Crei pasar a la juventud, la casa de nuestras remembranzas
Y las matas orilladas con explosivas flores rosas
Pero ha perdido el color en el cemento de las baldosas
Con los años de abandono, se fue tambien la semejanza.
Lo que para algunos es campo de juegos, fue para mi un lugar de crianza
El árbol abrazando la terraza se volvió antes que yo un anciano
Aquel castaño de su tallo dio a sus hojas por alcanzado
Algo debia alcanzar, pues no pude ser yo el dia de mudanza.
Cambiaron los ladridos del cercado hacia los vecinos
Se oxidaron las jaulas que alimentaban las palomas
De la cocina se ondean a mis nasales distintos aromas
Y como si arena, para la casa se borraron todos los caminos.
Hay aun al menos una lámpara que alumbra una alcoba
A pesar de saber, que no residen ahí repartiendo caramelos
Ni mis padres de crianza, tampoco mis añoñados abuelos
A la deriva de la desgastada reminiscencia, mi memoria se ve ansiosa.
No obstante, es parte del tiempo y es una gran cosa
Las antes que cambian y sentimientos que en ellas se quedan
La cruzada del tiempo y sus señales es una rueda de seda
Que a pesar de ser dolorosa, tiene en común que permanece hermosa.