Inmóvil, inmóvil, inmóvil,
ni un grito, todo aconsejable.
Virtud detenida, sexo acomplejado,
marchitas venas, arterias extensas.
Parajes silenciosos en que se excluyen
los labios, y el musgo, crece y advierte.
Tu muerte será primero. Posteriormente,
tu cuerpo, hendido por la brisa, la mitad,
lleno de hierba y grasa.
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