alberto silva

FORTUNA

Caminando en un desierto

una rosa me encontré,

una fuente de agua viva,

unos labios de mujer.

Dos luceros alumbraron

mi camino al pasar,

y unos brazos me esperaron

para poderme abrazar,

de la fuente bebí agua,

con la rosa te adorné

tu me diste un abrazo,

y tus labios yo besé!