la noche existe para extrañarte
a las dos, a las tres o a las cuatro
siempre a horas precisas se inicia
un protocolo de humos y colores
entre ámbares y lilas surges
expontánea
como aquella madreselva que se niega, creces,
indefinida como una enredadera en mi mente
etérea
pero significadamente presente
vuelas...
quiero tocarte abrazarte amarte
sin otro propósito más que el que dicta una palabra
la palabra exacta que exita
entonces tus cabellos caen sobre tus hombros
y tus labios rojos susurran mi nombre
oigo tus pasos. tus tacones
tan rojos como tus labios
marcando el minuto perdido
y tú voz me llega suave
como una caricia
te deslizas al paso del segundero
desnudando letras de arena
sin espacio ni cristal que la sostengan
la distancia nos hizo márgenes
despacio te vas con la marea
y solo me queda la noche
las horas precisas
y la luz de la madrugada
que avanza a ciegas.