La aceituna de sus ojos.
Suspirando ando
por un campo minado
de dolor y desvelo,
buscando agua en lo árido.
La aceituna de sus ojos,
el carbón de sus cabellos
es solo un hermoso reflejo
de lo inalcanzable y lo perplejo.
Me he perdido en esos ojos,
en ese bosque misterioso
que observaba desde lejos
ignorando el pasado.
En la oscuridad,
hay una luz verde,
que me alumbra
sin siquiera verme.