Nazaret Muñoz

La aceituna de sus ojos.

La aceituna de sus ojos.



Suspirando ando
por un campo minado
de dolor y desvelo,
buscando agua en lo árido.

La aceituna de sus ojos,
el carbón de sus cabellos
es solo un hermoso reflejo
de lo inalcanzable y lo perplejo.

Me he perdido en esos ojos,
en ese bosque misterioso
que observaba desde lejos
ignorando el pasado.

En la oscuridad,
hay una luz verde,
que me alumbra
sin siquiera verme.