Copio, de la luz,
las ondulaciones
de tus senos. Deslizo
mi dedo, entre tus
formas avecinadas.
Como nubes, o de estrellas,
nebulosas, caen tus pechos,
sobre mis manos: vasijas
inexactas de un cuerpo paisaje.
Parajes quemados corrompen
de pronto, el aroma de tu sexo.
Indago, investigo, y busco aquello
de lo que nada queda. Sueño
y perfume, nada-.
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