Tal vez debas de irte. Me refiero a irte, irte esta vez para siempre. A ver, como me explico. Si te vas, por ejemplo hoy, y vuelves mañana, yo sabré que volverás mañana. Te has vuelto demasiado predesible, cuento tu ausencia y casi siempre atino. Sin embargo, si te vas por ejemplo hoy, y no vuelves mañana, ni la semana que viene, ni nunca, yo en realidad sabré lo que en ti he perdido, porque lo quiero perder. A eso me refería cuando te hablaba de no retener, ni personas, ni circunstancias, ni objetos. ¿Eso me hace cruel? Bueno, pues soy cruel. Todo se paga en esta vida, yo por ejemplo no duermo desde hace un mes.