No lo entiendo, por que a un sabiendo que al final me esperarían indestructibles barreras que se interponían en tenerte a mi lado y un final feliz, decidí seguir cruzando el desierto de besos escondidos, por que si era tan fácil decir adiós e imaginar que solo eran espejismos producidos por nuestros deseos, nos lanzamos al vacío sin para caídas, sabíamos que elegir creer que el amor lo puede todo solo nos llevaría por un camino disfrazado de feliciad que conducía a un final doloroso.
por que no simplemente en vez de guardar las huellas dulces que dejaba cada acaricia atrevida de ti, las volví parte de mi piel, nuestro problema nunca fue enamorarnos si no conducir a toda velocidad por un callejón sin salida en el que no se puede dar reversa y solo queda estrellarnos, poco a poco cometimos el error de acercarnos y acercarnos tanto al punto de no ser capases de esconder lo que sentíamos frente al otro pero no es nuestra culpa al fin y al cabo así actúan los enamorados.
lo intentamos, si, pero no lo hicimos por que la voluntad de el amor nos ganara y mucho menos por la esperanza de un final feliz, si no por miedo, miedo a soltarnos, y no ser capases de reconstruirnos, miedo, por que en un pasado juramos dejar de creer en el hilo rojo y escapar de tristes amores que solo nos hacían daño, aquellos por los que dimos tanto para que cuando encontráramos a al indicado ni siquiera tuviésemos la valentía de intentarlo, miedo a no encontrarnos de nuevo ni siquiera en otra vida.
miedo de pasar por la calle, cruzarnos y que solo quedemos como conocimos en nuestras memorias, por esos miedos es que no nos acercamos, pero cuando la vida nos cumple el capricho de dejarnos ver, no podemos parar de desear aprovechar ese espacio para abrir nuestros corazones, para conocernos físicamente y para intercambiar almas, tengo tatuado en mi piel un rastro de besos que comienza en mi boca baja por mi cuello y se esparce en mi estómago, tengo en mis desgastadas piernas con tus iniciales.
tengo en mi mente marcada las ganas con las que nos entregamos aquella noche, y el rostro de la luna sonrojándose al vernos, quiero quedarme a tu lado aun sabiendo que el mundo entero se tira en contra nuestra, nosotros, decidimos apostarle todo al caballo mas lento de la carrera y aun así, aquí estamos, echándole barras, por que deseamos ganar en este juego de amor A PESAR DE TODO.