Esta intensidad no la esperaba...
Pensé si acaso era el viento que resoplaba, o quizás la falta de tu fragancia.
El tiempo ya no importaba, sólo sabía que una esencia dulce anhelaba.
Vanamente sufrí por ti, confundiendo tu mirada en otras almas.
Tu mirada por mí aguardaba...
Es sensato aceptar que la debilidad atrae excusas, imposibilitando amar.
Frases, fábulas, planes en el itinerario y terminar confesando todo en un diario.
Entonces tú, logras lo que había pensado inalcanzable, esos argumentos irrefutables.
Cartas, libros, historias inimaginables, vuelves real aquello que ni siquiera soñaba.
Dormía sobre una almohada de pretextos sin final, pero viniste a demostrar...
Trajiste contigo un buen método para amar.
La noche oscura y las estrellas muertas, no fui capaz de ver la luna llena.
Estuve ciego ante personas buenas, antes preferí abrazar la niebla y lo que había en ella.
Cuánto necesité de alguien con una linterna...
Debería confesar que prefería alucinar, para ver la luz en medio de una cortina negra.
Pero lo haces tan sencillo, revives las esperanzas, brindado en ellas inmortalidad.
Sólo debía aceptar que era un náufrago entre tanta gente carente de amor.
Con todos los males vienes a acabar y además, muestras la mejor manera para amar.