Busco palabras
que tengan tu perfume
y tu inocencia.
Entre la niebla
que avanza con la noche
sigo buscando.
Pero el silencio
responde con la bruma
y me estremezco.
Busco la voz
que avive mis recuerdos
y sentimientos.
Está dormida,
me dicen los gorriones,
y muy cansada.
Pero su canto
sublime y melodioso,
no se me olvida.
Busco tus ojos
y en ellos el poema
que me escribiste.
En tus pupilas
brotaron unos versos
para mi alma.
Y ahora que busco
la luz que me llamaba
está muy lejos.
Rafael Sánchez Ortega ©
09/08/20