Pensar que trasciendes, como la noche que nos conmueve
Con tu imagen que desfila, por el pasillo antiguo de mis memorias
Pensar que nos desnuda la soledad, con sus extáticas llamas
Repitiendo su ritual por días, meses y años
Pensar que esa muchacha eras tú, que ese joven era yo
Que nuestros besos descendían al fondo del alma
Seduciendo de pasiones rebeldes,
las sombras silenciosas de nuestros cuerpos desnudos
Pensar que existía una pareja, conociendo el amor sincero
Sin reclamos a los espíritus infantes que se despojaron de atuendos
Pensar que nos construimos uno al otro
En el universo infinito de tu cuerpo junto al mío
¿Por qué la noche nos entrega reflejos de sangre?
Asesinando en ella todas las estrellas
Para que la historia nos muestre su semblante fúnebre
Y exhale el abandono en décadas de olvido
Pensar que eras tú, pensar que era yo
Los que volamos al azul celeste, los que abrazamos las montañas
Los que silenciosos en las sombras, procreamos cuatro ángeles
Y con sus ojos introvertidos conquistamos cielos marinos
Pensar que fuiste tú, pensar que fui yo
Los que desgranamos los lamentos
Los que construimos el muro
Los que derribamos el sagrario.