Fernando Endara

LLUVIA

Viniste a mi como encantada por el viento,

como naufraga de soledades,

como  lágrimas de un sueño mío,

simiente sagrada , intima bailarina del encanto.

Celos de los ríos mansos y serenos,

las rosas de mi pecho sucumben ante tus gotas,

alma de las mismas nieblas y resonancias,

lentas silabas de amor

Las calles mojadas , perfuman  la tierra estéril,

vienen los dinteles que brotan desde el cielo  

en los perdidos arrabales, en umbrales de su limbo,

trasueñan otras vidas, llorando estrellas blancas.

Abres surcos y el mar bebe su agua,

el horizonte se nubla,

la hierba de noviembre ya no será un pálido  diamante,

los pinares se alejan, en el aire vienen aromas.