Parece que tus labios
se alargan y se achican,
dibujan una sonrisa,
otras veces la ironía.
Como guindas tentadoras,
tan gustosas que me invitan
a besarlos y estrujarlos
como a nada en esta vida.
Esos labios me apetecen,
tan morados y carnosos,
¡tan jugosos, niña mía ...
que no aguanto esta agonía!
A la vuelta de la esquina
te voy a encontrar mañana,
y a tu boquita mezquina,
la voy a besar con ganas.
((Chofa)