EHUR OHR

Noble dama...

Un hermoso amanecer entre nosotros,

ese albor que se esparce en la mañana,

se contagia de tu magia.

Luz perpetua que ilumina tu semblante.

Campos vastos de una calma que captura.

Un sonido que armoniza los oídos.

Faz perfecta de silueta encantadora…

seductora.

Una historia archivada en la memoria.

La princesa de este cuento que fascina…

con el ritmo de su danza…

al compás de una música serena.

Tu pasado español de ilustre casta…

tu legado,

mi plebeyo porvenir conjugando tu hermosura.

Vi llegar tu carruaje hasta mi puerta…

noble dama,

me miraste en la infinita realidad de mi delirio,

desafié a mis instintos y callé por un momento,

me sentí privilegiado,

contemple tu figura exquisita…

tentadora,

y rompí las cadenas del prejuicio.

Desde aquel radiante día…

voy por ti en cada verso.