Quiero desdeñar la semilla más hinóspita
de las ciudades perdidas
la marejada sublingüal que aflora en los ancianos
que baña en semen a los policías;
busco reformas de České que me hagan pensar
fabricando fantasías de miel podrida, de insatisfacción augural, de madres sin sustento
Oh! Jesús Hijo del Altísimo!
refrena mis ansias de perdonar a los sapos y sus crías, se añaden los epígrafes en las guerras sin nombre, sin sexo, sin rostro, sin fratricidas
una espectral chalina
no duermas aun en el recodo de mi recuerdo mas oscuro
sostén el almíbar de tejados liliputienses
abstraídos de inmortalidad y alegría
y muerte enjuta
vosotros sois beneplácitos de los tiempos y sus destinos
del instante febril que acaricia la muerte
inesperada