El niño estará esperando
aquel soñado juguete
que la Navidad promete
cuando vaya despertando.
¿Cuántos estarán soñando
se cumpla su fantasía,
despertar con alegría
con el juguete soñado,
muy sonriente y sonrojado
al nacer la luz del día?
¿Cuántos solo soñarán
con el juguete en sus manos
y abrazando a los ancianos
que ya nunca más verán?
¿Quiénes se conmoverán
para aliviar el vacío
en un año tan sombrío
de tristeza y ansiedad
en noche de Navidad,
en un mundo cruel y frío?
En un mundo decadente
¡Casi deshumanizado!
muchas cosas han cambiado
a la luz de lo presente.
No hay que ser indiferente
los once meses del año
y el último con engaño
fingir un amor genuino
ayudando al peregrino
y ya luego: ¡Ni lo extraño!
Renacer es importante
con la nueva luz del día
y nutriendo la porfía
caminemos adelante.
Con amor sentipensante
en duras realidades
y no solo en Navidades
dando abrazos y regalos
y después volvernos malos
¡Con insultos y maldades!
El amor y la hermandad
siempre debe ser constante
como un árbol que se plante
de amor y fraternidad.
¿Qué te pasa humanidad,
que vas sufriendo dolores?
¡Rescatemos los amores
que heredaron los abuelos,
cuando estábamos mozuelos
inculcándonos valores!