Alfredo Daniel Lopez

Procusto

 


Procusto


El posadero Procusto
los invitaba a tumbarte
en cama de hierro vetusto
a aquellos que están de viaje.

Se presenta muy atento,
no cobra por pernoctar,
el viajero está contento
de un buen posadero hallar.

Pero todo es artimaña
el posadero de noche,
con maldad, con mucha saña
a su instinto da derroche.

Los anuda mientras duermen,
pies, manos quedan atados;
ellos gritan algo temen
Procusto está entusiasmado.

Si es más largo que la cama,
sí sus pies le sobresalen
- el huésped con terror clama -
se los corta que así igualen

a la cama en longitud,
suerte igual para las manos;
la cabeza al ataúd...
Procusto la ha cercenado.

Sí el huésped es más pequeño,
sus pies no llegan al borde,
ni sus brazos por escuetos...
mal lo va a pasar el hombre.

Al que talla le faltaba,
se le castiga estirándolo,
así quiere igualar talla
dando golpes con un mazo.

De esta forma el posadero,
que está sediento de sangre
mata a todo aquel viajero
que en esa posada yace.

Pero llegará Teseo
en su búsqueda de Atenas,
era hijo de Etra y Egeo,
gran admirador de Heracles.

A él le habían avisado:
\"Procusto es un asesino\",
Teseo va con cuidado
conoce bien su destino.

Teseo será un gran héroe,
para algunos semidiós,
Procusto era un antihéroe...
para muchos un bribón.

De su propia medicina
Procusto debe beber,
se siente ahora la víctima,
lo mismo ha de padecer.

Con artimañas Teseo
a Procusto lo convence,
- \"estírate es mi deseo\"
y el posadero se vence.

Una vez amordazado
Procusto que era gigante
se sale por los costados...
\"ve que le han echado el guante\".

Y Teseo lo tortura
como él hizo a cientos de huéspedes,
sus lamentos son la cura
para aquellos que dió muerte.

En la cama maniatado
de los pies y las muñecas,
le sobresalen sus manos
y su gigante cabeza.

Sus pies tres cuartas afuera
delatan su gran tamaño,
él llora, pide hasta reza:
no me hagas Teseo daño.

Jurando que cambiará,
promete en nombre de Zeus,
que aquello ya no lo hará,
que dejará esa actitud.

Más Teseo no le cree,
porque el gigante disfruta
mientras a un huésped agrede
con golpes que son cicuta.

Hoy es Teseo quien corta:
las manos, pies y cabeza
de Procusto y, así aborta
su reino de calaveras.

Teseo continua viaje,
Atenas debe fundar,
esta es la última proeza
que debe realizar.

Ya los viajeros se hospedan
con toda tranquilidad,
de Procusto solo queda
el eco de su maldad.

Procusto está vivo aquí
pero vestido de síndrome,
recuerda te lo advertí...
de su nombre no te fíes.

Quizá lo habrás padecido
y no te has dado ni cuenta,
pero es muy bien conocido
en el mundo de la ciencia.

Sí dudas o no en tenerlo,
ve y busca un profesional,
sufrir de Procusto es serio
no un vaivén emocional.

 


Alfredo Daniel Lopez
El guardián del centeno
19 - 12 - 2020