Sobre las cuitadas
horas de la noche...
se licuan extrañas hojas
desgastadas de esperanza,
porque un lirio
macilento y triste...
besa la alborada
del crepúsculo discorde,
y entre labios
olvidados...
acarician muy despacio,
en lo exhausto
de su cita...
la desnudez impropia
y empírica,
del cristal deshonesto
en la copa amortajada...
del brocal
en que se aturde.