Entre las sombras y la tempestad,
entre la amarga soledad y el vacío;
ahí, cuando no esperaba nada hallar,
se cruzaron tu camino y el mío.
Como un rayo que atraviesa el corazón,
como un fuego que te prende las entrañas;
ahí, cuando no buscaba nada más,
se encontraron nuestras almas.
Entre los temores y la libertad,
entre la doble moral y lo prohibido;
ahí, cuando no quería sentir nada ya,
colapsaron tu universo y el mío.
Como una hoguera recorriendo la piel,
como un vendaval que despierta los sentidos;
ahí, cuando no creía en nadie ya,
se encontraron nuestros corazones heridos.
Entre el deseo eterno y la pasión,
entre el amor pasado y el olvido;
ahí, cuando no soñaba con volver a amar,
se prendieron de luz tu cuerpo y el mío.
Como una tentación que te incita a pecar,
como un fruto delicioso y prohibido;
ahí, cuando creía que no había nada más,
se cruzaron nuestros destinos.
Ado Medina
20/12/20