Tenue rictus en la cara,
la mejilla sonrosada,
traza tu piel delicada
y la engalana cual tiara,
como fuego en la almenara.
Desprende una suave brisa
esa boca tan concisa,
y brota de tu mirada
del alma de enamorada,
el fruto de tu sonrisa.
Sonrisa que me cautiva,
que me alegra el corazón,
el motivo y la razón
de esta pasión excesiva,
de esta intención tan lasciva.
Sonrisa que te ilumina,
es la fina muselina,
dulce a la piel acaricia,
el deleite y la delicia,
de esa mueca tan divina.