A veces, le tememos a las cosas más simples,
a mirar a los ojos, a demostrar cariño.
A veces las palabras nos condenan por siempre,
y sentimos los miedos, al igual que los niños.
A veces, le tememos, a un recuerdo cualquiera,
que desate tormentas, y que encienda una hoguera.
A veces, un destello que cruza el pensamiento,
nos penetra los huesos; nos sentimos de cera.
A veces le tememos a decir lo incorrecto,
para no revelar que amamos en secreto.
A veces, con astucia dominamos la mente,
pero el alma es más fuerte, y no acata decretos.
A veces, distraídos, escuchamos un día,
casi imperceptible , aquella melodía;
que trae al corazón como una tropelía ,
un grito de esperanza que devuelve la vida.
Y muero por decirte que cuando tengas miedo,
recuerdes que te amo; no olvides que te quiero.
Que te cuido en silencio y no pasa un minuto;
sin que extrañe ese tiempo, en que estábamos juntos.