Buscándote en el bosque con apremio nocturno
y un temor angustioso con temblor taciturno.
Esa lánguida noche de tormento llenaba
derramando suspiros lo peor presagiaba;
y aquella nube negra luz de luna opacaba,
solitario sendero que a cualquiera asustaba.
Pero aquel objetivo de encontrarte con vida
superaba temores y la noche roída.
Caminando sensato paso a paso a lo diurno
la tenaz esperanza muy fiel me acompañaba
venciendo siempre estoico la vida entristecida.
Te encontré adormecida...
en medio de torrente crueldad y tempestad;
y alegre despertaste... ¡llegando Navidad!