Susto de encontrarte
y vos no me veas,
susto de quererte
y vos no me quieras,
susto de buscarte
hasta la locura
de volverme vieja
sintiendo quimeras
que creí dormidas,
pero que me asaltan
volviendo sin tregua,
cuando me descuido
en la despertada
de sábanas blancas
que de pronto saltan
y se hacen fantasmas.